Positive Money recomienda garantizar el acceso universal al efectivo

Cada vez son más las entidades relacionadas con el dinero las que piden garantizar el acceso universal al efectivo. A ellas se ha sumado también la organización londinense Positive Money, que ha analizado las implicaciones económicas y sociales que está teniendo para la sociedad británica el cierre de cajeros o que algunos establecimientos no acepten dinero en metálico en las transacciones.

Desde 2015 se han cerrado 4.514 sucursales bancarias en Reino Unido. Y, durante el inicio de la pandemia, a uno de cada tres compradores se le ha negado el servicio cuando intentaba pagar con dinero en efectivo, a pesar de que quedara probado que los billetes y monedas son seguros frente a la Covid-19.

Danisha Kazi, una de las economistas principales de la entidad, aboga por la privacidad que otorga el efectivo frente a otros métodos de pago y evita la exclusión financiera de millones de personas: “Millones de personas dependen del efectivo, especialmente los grupos ya marginados. Los pagos son un servicio esencial y deben mantenerse en manos del público”, asegura. Estos grupos vulnerables están formados por ciudadanos de edad avanzada, personas con discapacidad, personas sin hogar, refugiados o con bajos ingresos.

Según aseguran desde la entidad, el efectivo es un salvavidas para millones de personas para las que los servicios financieros convencionales son inaccesibles. Así lo atestigua el Dr. Philip Bokang Ball, de la Universidad de Nottingham, al asegurar que “el sistema bancario excluye a las personas de entornos desfavorecidos, lo que dificulta que salgan adelante”.

Por eso, desde esta organización piden una legislación que garantice la protección del acceso universal al efectivo, para que se mantengan cajeros automáticos en las zonas más despobladas y todos los establecimientos lo acepten.