¿Debe considerarse al efectivo como un bien público?

No cabe duda de que es fundamental la convivencia de los diferentes métodos de pago, que facilitan a los ciudadanos abonar sus compras en cada momento como mejor les convenga. Una libertad que algunos países quieren suprimir al querer limitar efectivo en la sociedad, a pesar de ser un método de pago ágil e inclusivo.  

 

Mientras tanto, diversos informes apuntan a la necesidad de considerar al efectivo como un bien público para protegerlo. Es el caso del estudio "Virtually Irreplaceable: Cash as Public Infrastructure", elaborado por la Dra. Ursula Dalinghaus, que responde a por qué el dinero en metálico debe ser considerado imprescindible para la sociedad y la economía.

 

En un contexto en el que el efectivo en circulación sigue subiendo a una tasa anual del 3%, y el 80% de todos los pagos que se realizan en el mundo continúan siendo en metálico, la autora analiza el papel del efectivo para determinar que es más que un medio de pago. Ella lo califica como un bien público, vital para la vida cotidiana de las personas, alabando su capacidad de uso, ya que todas las personas que no tienen acceso a la tecnología pueden utilizarlo. También destaca su condición de moneda de curso legal, lo que garantiza que sea universalmente aceptado y accesible para todos, y su privacidad, un punto cada vez más valorado por los consumidores.

 

La Dra. Ursula Dalinghaus, profesora asociada de Antropología en el Ripon College e integrante del IMTFI de la Universidad de California, también une los conceptos de efectivo y estabilidad económica en su estudio, analizando las cualidades que hacen que el dinero en metálico sea único y un complemento indispensable para los pagos móviles, electrónicos y digitales. Por ello, indica en el texto que “es parte de una infraestructura de pago públicamente accesible y garantizada que es vital para la vida pública y la estabilidad económica”.