No hay vida sin efectivo

"Una vez más, un experimento social vuelve a dejar patente las múltiples dificultades que conlleva vivir sin efectivo. El Dr. Michael Collins, profesor de la Escuela de Política Social de la University College Dublin, ha intentado pasar todo el mes de enero en la capital irlandesa sin recurrir al dinero en metálico. Las conclusiones a las que llega resaltan las importantes barreras que aún existen y las consecuencias negativas que tendría en la práctica una sociedad 100% cashless. Durante los treinta días que duró su experimento, el profesor Collins enseguida comprobó lo difícil que resulta vivir en sociedad y no usar efectivo. Especialmente, en lo que respecta a los pagos de menor cuantía. Sin embargo, lo que más llama la atención es que, en tan solo treinta días, el doctor pone el énfasis en los asuntos más críticos.

  1. El coste de eliminar el efectivo que, según Collins, tendría un impacto directo en el incremento de los precios que, en última instancia, recaería sobre usuario final.
  2. Supondría una dificultad añadida para las familias para controlar el gasto y organizar sus pagos cotidianos.
  3. La pérdida total de privacidad de los usuarios, ya que con los pagos digitales, éstos quedan totalmente expuestos ante las entidades que gestionan los métodos de pago alternativos al efectivo.
  4. Y, por último, un mundo sin efectivo generaría una fuerte exclusión de la población más vulnerable que no tiene acceso a un móvil inteligente o a una tarjeta de débito o crédito. Personas mayores o simplemente población no bancarizada que todavía hoy representan un porcentaje relevante.

  En conclusión, el Dr. Collins considera que un mundo sin efectivo sería mucho peor que el actual, generaría desempleo y desigualdad entre los ciudadanos y acarrearía serios inconvenientes a muchos negocios y sectores, más allá de la dificultad de controlar nuestros gastos con el uso permanente de tarjetas de débito y crédito."